Proyecto Solidario

Cuando los pensamientos no te dejan en paz

Cuando los pensamientos no te dejan en paz

Alguna vez sentiste que tu mente se convierte en tu peor enemigo…
que aparecen voces dentro tuyo que te repiten sin descanso:
“No sos suficiente.”
“No vas a lograrlo.”
“Estás solo.”
“No vale la pena seguir.”

Yo sí lo sentí.
Y si estás leyendo esto, probablemente vos también.
No importa si sos una persona de fe, alguien que recién está empezando a buscar sentido, o simplemente alguien que quiere estar bien consigo mismo.
Todos, en algún momento, hemos tenido que luchar con la oscuridad dentro de nuestra cabeza.

Y lo más difícil no es que aparezca…
lo más difícil es no saber cómo callarla.


Intentamos distraernos, escuchar frases motivadoras, rodearnos de gente que nos quiere…
pero muchas veces esas ideas negativas —esas que fueron sembradas hace años, incluso en la infancia—
vuelven a aparecer, como raíces profundas que nunca se fueron.

¿Y sabés qué?
Esas voces no sos vos.
No te definen.
Y no tenés por qué convivir con ellas toda la vida.


Hay una herramienta que cambió mi manera de pensar.
No es un libro de autoayuda.
No es una receta mágica.
Es una decisión diaria de reemplazar la mentira por verdad.


El primer paso: reconocer la raíz

No podés cambiar lo que no entendés.
Y no podés sanar lo que no estás dispuesto a mirar de frente.
Por eso, lo primero es hacer silencio y preguntarte:
“¿Qué pensamiento me está lastimando? ¿Qué mentira estoy creyendo hace años?”

Muchas veces, no se trata de algo que vos generaste, sino de algo que alguien te dijo, te hizo sentir o te dejó grabado sin querer.
Y eso se convierte en una “fortaleza mental”: una estructura dura, que te acompaña en forma de ansiedad, inseguridad, tristeza, culpa o miedo.

Pero no naciste para vivir preso en eso.


El segundo paso: reprogramar tu mente

Una vez que identificás la mentira, necesitás reemplazarla por algo más fuerte.
Algo más real. Algo que te devuelva tu identidad.

Para mí, eso fue aprender a hablarme distinto.
Empezar a declarar verdades, aunque al principio no las sintiera.
Dejar de repetir “nunca voy a cambiar” y empezar a decir:
“Estoy en proceso, pero estoy avanzando.”


El tercer paso: hablarle a tus pensamientos

No todo lo que pensás es verdad.
Y no todo lo que sentís tenés que aceptarlo sin filtro.

Aprendé a responder.
Cuando venga un pensamiento que te quiere apagar, respondé con una verdad que te levante.

No te quedes mudo frente a lo que te quiere destruir.
Hablá. Declarate libre.
Aunque sea en voz baja, aunque sea llorando.
Es tu alma la que necesita escuchar esa nueva narrativa.


El cuarto paso: elegir lo que consumís

Tu mente es como un jardín.
Y todo lo que ves, oís y leés… o la nutre o la envenena.

No subestimes el poder de una canción, una conversación o una cuenta de redes sociales.
Preguntate siempre:
“¿Esto me edifica o me derrumba?”

Y hacé espacio solo para lo que te hace bien.


El quinto paso: tenerte paciencia

No se trata de perfección.
Se trata de seguir.
De avanzar aunque sea con pasos cortitos.
Y de no castigarte por sentirte mal un día.
Vos no sos tu error.
Vos sos un ser humano en proceso, y eso también es valioso.


Yo no te escribo esto desde un púlpito.
Te lo escribo desde mi cocina, desde mi rincón, desde mi lucha.
A veces con lágrimas, a veces con miedo…
pero siempre con la esperanza de que todo esto tiene sentido.

Y si con estas palabras puedo ayudarte a reconocer tu valor,
aunque sea un poquito…
entonces valió la pena escribirlas.

No estás solo.
Y aunque el pensamiento negativo grite fuerte,
hay una verdad que está esperando ser dicha con vos, sobre vos, y desde vos

One thought on “Cuando los pensamientos no te dejan en paz

  1. Frank Alejandro Castrillon Triana says:

    Palabras que me tocan el corazón, y me llenan de alegría para seguir adelante.

Comments are closed.