El testimonio de Erick William Garcia Benitez, desde Morón, Cuba
Un rincón humilde, una decisión valiente
En un rincón humilde de Cuba, donde cada paso requiere coraje y cada recurso es una conquista, un hombre decidió no quedarse quieto.
Su nombre es Erick., y desde hace tiempo se convirtió en seguidor fiel de mi canal. No sólo lo vió,
lo estudió; no sólo lo estudió, lo analizó; y no sólo lo analizó, lo llevó a la acción.
Autodidacta, apasionado y agradecido
En sus propias palabras, el 95% de lo que sabe lo aprendió de manera autodidacta.
Y gran parte de ese camino autodidacta fue junto a mis videos, mis recetas, mis explicaciones.
Él lo dice con humildad, pero también con gratitud y firmeza.
Un helado soft con alma y propósito
Hoy, su helado soft es una realidad. Con pocos medios, pero con una enorme voluntad,
Erick. instaló su maquinita en casa y sirve conos a quienes pasan por su vereda. Su negocio es legal, digno y visible.
Y él mismo me pidió algo que me conmovió profundamente: que su historia se cuente completa.
Con su nombre, su rostro, su máquina, su país.
Honestidad, fe y una conexión que trasciende
Porque si yo, Sandro Piccioni, me muestro con nombre y apellido,
él quiere hacer lo mismo. Porque no tiene nada que esconder.
Porque cree en la luz, en el trabajo honesto y en los vínculos humanos que sanan y transforman.
Porque dice que nuestra conexión fue una bendición de Dios. Y yo también lo creo.
Pasión técnica y ganas de crecer
Este hombre no sólo hace helado. Examina ingredientes, compara dosificaciones,
estudia estabilizantes, analiza fórmulas. Busca mejorar. Quiere crecer. Me escribe con respeto,
con preguntas sinceras y con una pasión técnica que pocas veces vi.
Un motor silencioso que impulsa mi misión
Historias como la de Erick William Garcia Benitez, cubano residente en el municipio de Morón,
son el motor de este proyecto. No todo pasa en grandes fábricas. También pasa en patios cubanos, en cocinas prestadas,
en cuartos improvisados donde una máquina sigue girando porque hay fe.
Gracias, Erick., por dejar que esta historia se cuente. Por mostrar que incluso desde las limitaciones más duras,
se puede levantar una heladería con amor, conocimiento y valentía.
Sandro Piccioni
Ice Cream Consultant & Instructor